Aún quedan unos meses para estas celebraciones, pero los más previsores ya se encuentran en plenos preparativos del que será uno de los días más importantes de la infancia de su hija o hijo: su Primera Comunión. Y dentro de esos preparativos, muchas familias otorgan un importante papel a la sesión de fotos del protagonista. Porque es un momento único, porque quieren guardar para siempre ese recuerdo, porque sus peques están guapísimos y han crecido un montón o porque… ¿quién no tiene en casa su álbum de Primera Comunión? ¡¡Es toda una tradición familiar que no debéis dejar pasar por alto!!
Yo también preparo las sesiones de Primera Comunión con antelación; creo que se trata de un momento único y especial y me gusta tener todo controlado para ese momento en el que me encuentro por primera vez con los niños o niñas. Me gusta saber cuáles son sus aficiones, si son tímidos o si desprenden desparpajo, si son creativos, alegres, tranquilos, observadores o reflexivos. Cada niño es diferente y creo que sus fotografías tienen que reflejar su personalidad, el pequeño yo que están creando en su interior.
Las sesiones de fotos de Primera Comunión tratan precisamente de eso, de captar al niño o a la niña, proyectando su forma de ser. Me gusta que se muestren naturales, que corran si quieren hacerlo o se sienten cómodos y tranquilos si eso es lo que quieren. Trato de dirigirles lo menos posible, aunque reconozco que hay algunas poses que me encantan… ¡¡y es que algunos de ellos te sorprenden con su saber estar!! Puro arte son los peques.
Normalmente, realizo dos tipos de sesiones de fotos de Primera Comunión, en exteriores y en casa, el día de la celebración. Las sesiones de exteriores tienen un encanto especial, pues la naturaleza brinda el escenario perfecto. Los colores de la primavera, la vegetación y la luz del campo son condiciones perfectas para que los niños brillen por sí solos. Además, al aire libre los peques se relajan, juegan, curiosean y se muestran tal y como son (y si no les gustan los bichos, también me lo hacen saber, aunque suelen ser muy valientes, jajaja…). Las sesiones de exteriores de Primera Comunión suelo hacerlas semanas antes de la Primera Comunión, si con esas fotos editaremos los recordatorios, o semanas después, con más tranquilidad y con mayor temperatura, si no hay prisa por tener las fotos y el álbum. Además, me encanta que me contéis vuestras ideas especiales: hacer fotos en el pueblo del abuelo, entre girasoles, en ese bosque especial, en los campos de lavanda, en la zona donde vais a bañaros en verano... ¡No os cortéis!
Por su parte, las sesiones en casa se realizan el mismo día de la Primera Comunión, mientras la familia se prepara. Son momentos de prisas, de nervios y carreras, pero también se trata de un rato muy especial y emotivo que me encanta disfrutar y captar con mi cámara. ¡Y os aseguro que intento ayudar en lo que puedo y no molestar! ¡Alguna aguja he tenido que enhebrar!
Si os encontráis en ese momento de preparativos, os recomiendo que no dejéis la reserva de la sesión de fotos para el final… podremos organizarnos mejor y tendremos los recordatorios, el álbum o los materiales que necesitéis con tiempo y sin prisas. Sólo tenéis que llamarme o escribirme un mail y hablamos. ¡Felices preparativos!
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