Regalar fotografías es uno de los mejores presentes que se pueden hacer a un ser querido. No escribiría este post si no lo sintiera de verdad así. Regalar fotografías es regalar recuerdos, regalar momentos congelados para siempre, recuerdos a los que volver cada vez que uno tenga la necesidad, o el gusto, o la nostalgia.
Me encanta ver una y otra vez mis fotos de infancia. Acordarme de cómo éramos, de cómo me cogía en brazos mi padre o cómo me acariciaba la cabeza mi madre. Literalmente me emociono al ver fotos de mis abuelos. Cómo ellos me miraban, cómo jugaban conmigo, cómo me llevaban de la mano o a hombros, cómo disfrutaban de mí, su pequeña, su nieta, su niña mimada. La cara se me ilumina con una gran sonrisa al ver sus caras, pasado el tiempo, aunque también se me engrasen un poco los ojos. ¿Es o no el mejor regalo para el alma regalar fotografías?
El Día de la Madre está a la vuelta de la esquina y de verdad os digo que una fotografía ya dispuesta para colgar o colocar sobre el mueble, un álbum o, mucho mejor, una sesión de fotos es algo con lo que no vais a fallar, es una apuesta segura. Y además de hacerle el regalo a ella, os lo estaréis haciendo a vosotr@s mism@s.
He preparado unas minisesiones para celebrar este bonito día. Podemos hacer una sesión familiar como las que realizo habitualmente, desde 150€ -que incluye entre 25 y 30 fotos que os permiten incluso hacer un álbum-, o podéis acogeros a esta promoción especial para el Día de la Madre: la sesión será más cortita y os entregaré 10-12 fotos de toda la familia (entrega en digital, sin marcas de agua). También os incluiré la foto que más os guste en papel, montada en un marco, y un pase de imágenes con música de regalo. Por sólo 70 euros. ¿Qué os parece?
Ya sabéis, si no queréis fallar este año… regalad una sesión de fotos a mami (o a la abuela, que antes que abuela es mami también).
